Lesiones Crónicas: Una Mirada a un Dolor Persistente

¿Qué Son las Lesiones Crónicas y Cómo Nos Afectan?

Cuando hablamos de lesiones crónicas, nos referimos a ese dolor que se queda con nosotros mucho tiempo después de una lesión inicial o que aparece sin una causa aparente, complicando nuestra vida diaria y actividad deportiva. La Asociación Internacional para el Estudio del Dolor nos ofrece una definición más técnica, describiéndolo como una “experiencia sensorial y emocional desagradable” que puede estar vinculada a un daño real o potencial en nuestros tejidos.

Lo curioso es que el dolor crónico no siempre es un indicador directo de un problema físico continuo. Existe un fenómeno conocido como “Sensibilización Central”, donde nuestro sistema nervioso central (esencialmente nuestro cerebro) comienza a reforzar la conexión entre el dolor y ciertas actividades o movimientos, incluso si ya no hay un daño tisular real. Es como si el cerebro siguiera enviando señales de dolor aunque la causa original haya desaparecido.

¿Cómo Podemos Combatir el Dolor Crónico?

La clave está en “reentrenar” nuestro cerebro. Necesitamos demostrarle que los movimientos o actividades que estamos realizando no están causando más daño. Esto se puede lograr a través de ejercicios diseñados con un enfoque externo, que nos permitan concentrarnos en realizar una tarea específica en lugar de enfocarnos en el dolor.

Además, hay ciertos factores que pueden empeorar la sensibilización central, pero la buena noticia es que podemos modificarlos:

• Adoptar un estilo de vida activo: La inactividad puede empeorar el dolor crónico. Busca una actividad física que disfrutes y hazla regularmente.
• Manejar el estrés: Tomarte un tiempo para relajarte y desestresarte puede tener un impacto positivo en tu bienestar general.
• Mejorar la alimentación: Una dieta equilibrada puede ayudar a tu cuerpo a sentirse mejor y combatir el dolor.
  Reducir pensamientos negativos: Mantener una actitud positiva puede influir significativamente en cómo percibes el dolor.
• Establecer buenos hábitos de sueño: Un descanso adecuado es fundamental para la recuperación y el manejo del dolor.
• Evitar el tabaco y el alcohol: Estos pueden afectar tu salud general y empeorar el dolor crónico.

 

Recordatorio: Si has estado lidiando con un dolor persistente que parece no tener fin, estos consejos pueden ofrecerte un nuevo enfoque para manejarlo y potencialmente mejorar tu calidad de vida.

Adaptado de Mg. Klgo. Lucas Torres Pumarino
Kinesiólogo Clínica Kitness