Kinesiología
¿Qué Son los Meniscos y Por Qué se Lesionan?
Los meniscos son dos piezas de cartílago en forma de C en la rodilla, situados entre el fémur (hueso del muslo) y la tibia (hueso de la espinilla). Su papel es crucial: aumentan la congruencia entre estos dos huesos, mejoran la distribución de la carga y actúan como amortiguadores de impacto, protegiendo el cartílago articular.
Las lesiones meniscales son comunes, especialmente en actividades que implican movimientos bruscos de torsión de la rodilla, giros rápidos o cambios de dirección, típicos en deportes como el fútbol, rugby, y hockey. Estos movimientos pueden provocar desgarros meniscales, especialmente si el pie queda fijo en una posición mientras el resto del cuerpo gira, resultando en síntomas como dolor agudo, inflamación, y en casos más severos, bloqueo de la rodilla, impidiendo su movimiento normal.
Estrategias de Diagnóstico y Tratamiento
El diagnóstico inicial puede incluir un examen físico y confirmarse con imágenes como resonancia magnética (RM), que ofrece una vista detallada de la estructura meniscal y el grado de lesión.
El tratamiento varía según la severidad y localización del desgarro, así como la edad y nivel de actividad del paciente. Opciones conservadoras incluyen kinesiología, centrada en la reducción del dolor y la inflamación, y el fortalecimiento muscular para soportar y estabilizar la rodilla. En casos donde el menisco no se recupera adecuadamente con medidas conservadoras, la cirugía puede ser necesaria, ya sea para remover la parte dañada del menisco (menisectomía parcial) o para suturar el desgarro.
Rehabilitación y Prevención
La rehabilitación posoperatoria es esencial para recuperar la función de la rodilla, incluyendo ejercicios específicos para mejorar el equilibrio, la fuerza, y eventualmente, adaptar el menisco a cargas progresivamente mayores. Ejercicios funcionales relacionados con la actividad deportiva específica del paciente se incorporan gradualmente, preparando la rodilla para el retorno seguro al deporte.
Para reducir el riesgo de lesiones meniscales, es recomendable integrar ejercicios de fortalecimiento y estabilidad a la rutina de entrenamiento, enfocándose en la musculatura del core, los glúteos, cuádriceps e isquiotibiales. Estos no solo apoyan la rodilla, sino que mejoran la mecánica general del movimiento, minimizando las situaciones de riesgo para el menisco.
Adaptado de Mg. Klgo. Lucas Torres Pumarino
Kinesiólogo Clínica Kitness
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