¿Te consideras una persona perfeccionista? Si la respuesta es sí, entonces sabrás que esta palabra se relaciona comúnmente con aspectos negativos. No por nada, la definición de la Real Academia Española es “Tendencia a mejorar indefinidamente un trabajo sin decidirse a considerarlo acabado.”
Para Sofía Alliende, psicóloga educacional de la Universidad Católica, el perfeccionismo “es algo que sobre todo a las mujeres se nos ha inculcado desde muy chicas, y que trae consigo (como cualquier otro rasgo de personalidad) efectos positivos y negativos”.
Todo está en cómo nos enfrentemos a esta cualidad y en cómo la utilizamos para mejorar y alcanzar nuestros objetivos.
¿Cómo poner foco en lo positivo?
Si eres perfeccionsita, entonces intenta mantenerte alejada de los rasgos obsesivos, que a la larga sólo manifestarán frustración y ansiedad por no alcanzar los resultados esperados.
Según Sofía, “para enfocarnos en los efectos positivos del perfeccionismo, tenemos que darle otro sentido a este rasgo. Perfeccionismo acarrea consigo la noción de que todo lo que hacemos tiene que ser perfecto, concepto que sabemos que no existe. Siempre se puede hacer mejor, y eso puede llevarnos a una espiral de frustración y autoexigencia nociva. Para verlo desde una perspectiva positiva, debemos cambiar la connotación del perfeccionismo al interés por hacer las cosas bien, y al afán por superarnos”.
Foco en el proceso, no en alcanzar la perfección
Cuando te propones una meta, lo común es que comiences muy motivada y veas que las cosas avanzan tal como lo tenías planeado. Sin embargo, con el paso del tiempo, la realidad se hace presente y trae consigo dificultades que pueden interponerse en tus objetivos.
Cuando estás en este punto, y el perfeccionismo interfiere, te hacer ir más lento, porque intentar alcanzar la perfección requiere de mucha energía y concentración. Por otro lado, impide que pienses en nuevas ideas, ya que pierdes la capacidad de ver otras soluciones. Finalmente, llega la autocrítica, esa voz en tu interior que te ataca, te hace sentir culpable, y muchas veces, echa por la borda tus metas iniciales.
Por el contrario, enfocarse en el proceso te motiva a continuar, ya que cuando la cosa se pone difícil eres capaz de mirar el camino recorrido y sentirte orgullosa de tus logros. Además, te permite ver las oportunidades y generar nuevas experiencias de aprondizaje.
En este sentido, para Sofia, “poner foco en el proceso implica hacer las cosas lo mejor posible, que es muy diferente a empecinarse por alcanzar lo perfecto. También nos proporciona la sensación de autorrealización, que ayuda a generar la sensación de valor propio y de confianza en nosotras mismas.
Además, querer superarnos constantemente nos impulsa a desarrollarnos, que es una tremenda herramienta”.
Tener esta visión te ayudará a sortear el perfeccionismo con mayor calma, porque de antemano ya sabes que habrá altibajos. La vida cambia constantemente, no hay nada que podamos hacer ante eso.
“La mayoría rehuimos al cambio, tememos al error y fracaso. Pero al querer superarnos, al buscar el desarrollo, algo de nosotras comprende que caernos será parte del camino para ser mejores y alcanzar nuevos horizontes. Querer superar los obstáculos aumenta nuestra resiliencia, nuestra confianza, y nos hace ser más exitosas a la larga, ya que nos permite explorar nuevos límites sin sentirnos atrapadas por el miedo.
Si somos capaces de pasar del perfeccionismo al afán por hacer las cosas bien y por superar nuestros obstáculos (internos y externos), entonces se facilita el trabajo en equipo, porque entendemos que podemos establecer relaciones de cooperación en vez de competencia, que es lo que genera el perfeccionismo. La gracia entonces está en tomar estos aspectos de nuestro carácter y fortalecerlos, sin dejarnos caer en las trampas de buscar la perfección”, finaliza Sofía.
Así que ya lo sabes, la próxima vez que te encuentres tratando de ser perfecta, cambia la perspectiva y pon atención al proceso, al progreso y a los éxitos que haz alcanzado.
¡Estamos seguras que te llevarás una grata sorpresa!