Alimentación
Pediatra: María Cecilia Riutort
La alimentación en los primeros 1000 días es uno de los principales determinantes del crecimiento y desarrollo de los niños y niñas. Estos 1000 días comienzan desde la gestación hasta los 2 años de edad. Tienen un papel importante en el potencial de desarrollo físico, intelectual y emocional.
Es importante ir creando hábitos alimentarios, en los cuales la familia juega un rol importante.
0-6 meses
La organización mundial de la salud (OMS) recomienda la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses de vida e iniciar la alimentación complementaria adecuada y segura a partir de los 6 meses de edad. La lactancia materna es el mejor alimento que puede recibir un lactante, sin embargo, cuando no se logran completar los requerimientos del niño o niña, es necesario ofrecer una opción como las fórmulas de inicio. La leche de vaca sin modificaciones es inadecuada para los menores de un año.
6-11 meses
En esta etapa se incorpora la alimentación sólida complementaria a la leche materna o la lactancia artificial. Comienza alrededor de los 6 meses (con una primera comida) para poder cubrir los requerimientos nutricionales y estimular el desarrollo neurológico y motor. Incluye alimentos sólidos o semisólidos (papillas o purés) y líquidos (agua, sin endulzantes ni azúcar, desde el inicio de la alimentación complementaria, 20-50 ml de agua, 2-3 veces al día). La segunda papilla se recomienda una vez que la primera ya fue completada, alrededor de los 8 meses. Si está con lactancia materna, se sugiere mantenerla. Sí está con fórmula, cambiar a fórmula de continuación o cambiar la forma de preparación de la leche purita fortificada según lo indicado por su médico tratante.
A esta edad el niño o niña es capaz de manifestar sensaciones de hambre y saciedad, aceptando o rechazando los alimentos. La neofobia (rechazo inicial a los nuevos alimentos) es un fenómeno esperado a esta edad. El alimento debiera ser ofrecido en nuevas ocasiones con insistencia suave, hasta su aceptación.
En cuanto a la consistencia se recomienda papilla o puré suave, sin grumos ni trozos, que pueden aumentar el reflejo de extrusión (donde el niño empuja hacia afuera con su lengua lo ofrecido). Con la dentición (la salida de los dientes), la papilla puede tener la consistencia de puré más grueso y luego molido con tenedor.
Las cantidades que inicialmente aceptan son pequeñas y van aumentando al ir creciendo. La papilla debe contener cereales (incluido el trigo, desde los 6 meses), vegetales variados (según disponibilidad) y carnes bajas en grasa (vacuno, pollo o pescado), cocinado sin sal, y agregando 2.5-3 ml de aceite crudo (de preferencia aceité de canola o de omega-3) al
momento de servir. De postre, fruta (cruda), sin añadir azúcar ni miel (no se recomienda su administración en menores de 2 años, por el riesgo de una enfermedad llamada botulismo). En cuanto al orden de incorporación de las distintas proteínas, las recomendaciones han ido variando en el tiempo. La guías y recomendaciones actuales, sugieren la incorporación de:
En caso de optar por la técnica de alimentación Baby led weaning (BLW), debe ser realizada de manera guiada por un profesional de la salud entendido en el tema.
Otras recomendaciones:
12-23 meses
En esta etapa, como la velocidad de crecimiento es menor que en el primer año de vida, los requerimientos de energía son menores. La dentición avanza, por lo que cada vez se pueden ofrecer alimentos de mayor consistencia. En esta etapa, se recomienda que el niño o niña coma con sus propias manos, y es importante enseñarle a tomar agua de un vaso.
Sí continúa con lactancia materna, mantenerla, complementada con alimentos sólidos. A esta edad, comienzan a establecerse horarios y características de los alimentos ofrecidos similares a la alimentación familiar.
Se recomienda establecer 4 tiempos de comidas principales: desayuno, almuerzo, once y cena, suspendiendo las leches en horario nocturno si es que está con fórmula artificial. Se puede dar colación a media mañana si es que habrá más de 4 horas entre desayuno y almuerzo. Ofrecer ensaladas en el horario del almuerzo y la cena, preferir la fruta fresca de postre, pescado una vez a la semana, legumbres dos veces por semana, evitando golosinas dulces y saladas.
Mayores de dos años hasta la adolescencia
El objetivo es que la alimentación cubra los requerimientos para su crecimiento y desarrollo adecuados. Hay que facilitar una alimentación saludable e ir apoyándolos según sus necesidades.
El desayuno es un horario de suma importancia a toda edad. Se ha demostrado que la primera comida del día ayuda a los niños y niñas a pensar con rapidez, prestar atención y comunicarse de forma apropiada con el entorno. Puede estar constituido por un lácteo, una porción de cereal o una porción de pan no mayor a media marraqueta, y eventualmente una fruta.
Lo ideal es consumir 4 comidas establecidas al día: desayuno, almuerzo, once y cena, y eventualmente una colación saludable.
Las colaciones no son necesarias si no van a pasar más de 4 horas sin alimentarse. Para tener patrones de alimentación saludable:
Entre los 2 a 5 años se recomienda las siguientes porciones por grupo de alimento:
Entre los 6 a 10 años se recomienda las siguientes porciones por grupo de alimento:
Para los adolescentes se recomienda las siguientes porciones por grupo de alimento:
El tamaño de las porciones son las que varían según grupo etáreo.
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